domingo, 18 de marzo de 2012

EL VALOR DE LAS IDEAS

Mark Twain decía que un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa. Y en parte, no le faltaba razón. Cuando una persona tiene una idea, debe hacer lo imposible para conseguir que esa idea se transforme en algo real y tangible.


Una idea, como tal, es algo que no existe, sino que simplemente se halla en la mente de alguien, y es necesario poder convertirla en algo capaz de ser compartido con el resto del mundo, de la idea al éxito hay un paso, pero, de la idea al humo, también.
Una buena idea, lo es cuando se convierte en algo. En lo más estricto del término, una idea no tiene ningún valor por sí sola, sino que el valor se le va añadiendo por capas a medida que se avanza desde su concepción hasta el hecho final.
Las ideas, para convertirse en un elemento de éxito, deben seguir un ciclo evolutivo. En primer lugar, la idea, es la que inicia el camino. Cuando un emprendedor tiene una idea, es la chispa que acciona el motor de la creatividad, pero a su vez debe convertirse en el fin, en el objetivo, es decir, la idea se tiene y se lucha por alcanzarla, es la paradoja de las ideas, tener que alcanzar o conseguir algo que tienes.


Como todo proceso evolutivo, lo importante no está en el fin, si no en el camino recorrido para llegar hasta él y en este caso, ese camino, es el proceso creativo por el que pasa cualquier emprendedor al crear su empresa o una organización al poner en marcha un nuevo producto o estrategia empresarial. Todo nace de la idea y desemboca en la consecución de la misma.

Por todo ello, lo realmente importante no es tener muchas ideas, sino saber filtrarlas y encontrar el modo de hacerla realidad. Una idea puede no tener valor o tener un valor incalculable, todo depende de que hagamos con ella, de eso se trata, de innovación, de la creación de algo nuevo y de su introducción en un mercado. Existen métodos para generar ideas, hábitos para hacer de la creatividad casi una costumbre, pero, donde de verdad se demuestra el espíritu emprendedor y el carácter innovador es sabiendo gestionar la manera de sacarla adelante.

Debemos cambiar la vieja frase de ¡Tengo una idea! por la de ¡Tengo la manera de hacer realidad mi idea!

Como dijo en su día Santiago Ramón y Cajal: " Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas."

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